Algo que ver en streaming: Emily en París
En aquel momento me pareció que el tráiler anunciaba adecuadamente de qué trataba esta producción: una joven estadounidense con conocimientos en ventas y manejo de redes sociales (que no habla francés), es transferida a París para trabajar en una agencia de mercadeo, cuyos clientes manejan productos lujosos exclusivos; mostrando con esto el choque cultural que ese cambio de escenario representa para los involucrados.
El personaje de Lily Collins, Emily, es efervescente rallando en lo ingenuo, demasiado positivo y optimista para los franceses, cuya visión de la vida es diferente al de ella. La serie muestra lo difícil que puede ser para un extranjero vivir en una ciudad con unas costumbres culturales totalmente distintas a las que está acostumbrado, y al mismo tiempo, la oportunidad de conocer personas que pueden mejorar tu vida y vivir nuevas experiencias.
En el caso de nuestra protagonista, crea una divertida amistad con Mindy Chen (interpretada la actriz y cantante de Broadway, Ashley Park), quien es la única heredera de un millonario chino, pero que renunció a su legado para vivir libre de ataduras familiares en París, trabaja como niñera, a pesar de que su sueño es ser cantante (canta muy bien, por cierto). Esta relación, sumando otras, permite que Emily se sienta menos sola.
Entre estos nuevos conocidos está el personaje que interpreta Lucas Bravo, Gabriel, quien vive en el apartamento debajo de Emily y con quien forma un tipo de interacción que es lo que permite definir este show como una comedia romántica.
Cada episodio tiene la misma fórmula: las costumbres o errores de Emily producen un problema en el trabajo, vive experiencias sociales y culturales en la ciudad, consigue una solución fabulosa para el problema que ella misma creó, y su elegante jefa francesa nunca termina de aprobarla.
Sin embargo, me sorprendí a mí misma viendo todos los capítulos de un tirón, esperando ver qué complicación iba a sufrir la protagonista y cómo lo iba a solucionar. Así que sí, me la disfruté de principio a fin.
La trama es ligera, así que no esperen ver problemas existenciales ni la reflexión de temas profundos. Esta es una serie liviana, divertida con un toque de romance que muestra la cara bonita de París.
En referencia a eso, me pareció curioso que los críticos franceses hayan mencionado su irritación señalando que esta producción mostraba una monstruosa cantidad de clichés, lo cual me hace pensar que no están capacitados para entender cómo un extranjero, al comienzo de una visita o mudanza, percibe y describe un nuevo lugar: por los clichés.
Es decir, el cliché, según la RAE, significa: lugar común, idea o expresión demasiado repetida o formularia. En ese sentido, cuando estás en un lugar nuevo, ¿qué es lo visitas y más recuerdas? Primero conoces los lugares más reconocidos y mencionados por otros, y recuerdas los comportamientos más repetidos. Cuando tengas más tiempo en el sitio, podrás darte cuenta de las peculiaridades y rarezas, antes no.
En fin, Lucas Bravo (Gabriel en la serie), dijo algo sobre cómo los franceses interpretarían la serie: “Nos gusta odiarlo todo. Nuestra ciudad está hecha a base de clichés. Y seguro que nos encantará odiar la serie u odiáremos que nos encante”.
Así que bien, Emily en París es una comedia romántica feel-good, entretenida, un escape a nuestra rutina, y considerando que eso es lo que representa y no pretende ser otra cosa, me gustó bastante, realmente espero que tenga una segunda temporada.
¡Nos leemos pronto!
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