Un vistazo a la residencia de la protagonista de la Saga Mística Natural

 

Unos meses luego de terminar de escribir Mística Natural, me encontré dibujando bocetos sobre los atuendos que viste Luna, la protagonista, en cada capítulo, y los lugares donde se desarrolla el inicio de la historia.

 

Uno de esos bocetos que elaboré, fue el del hogar de la familia Polleo, su decoración y distribución estuvieron claras en mi mente, aunque lo que me llevó más tiempo diseñar, fue el jardín trasero, por la cantidad de detalles que decidí adjudicarle.

 

Caressa, la madre de Luna, era una fitoterapeuta reconocida, por lo que contando con el espacio adecuado, podía poseer un extenso sembradío de frutas, vegetales, hierbas, e inclusive, un pequeño laboratorio para experimentar la creación de nuevas lociones y/o medicinas.

 

 

Al diseñar el terreno trasero del hogar de las Polleo, me imaginé una explosión de colores, cientos de plantas tenían que formar parte de este espacio, para poder representar el amor de Caressa hacia la carrera profesional que practicaba.

 


Cabe destacar que en el croquis de la Residencia Polleo, no tuve la oportunidad de especificar los materiales con los cuales está construida la infraestructura principal, pero siendo una vivienda ecológica, construida con la ayuda del personal de VitaEco; la piedra, el vidrio y la madera, son los elementos que más predominan.

 

 

Me imaginé una decoración rústica y ecléctica, donde elementos de la naturaleza predominaran…

 



 

Una gran variedad de colores le da una identidad particular a la casa, en la Residencia Polleo no hay lugar para una combinación de colores serios y faltos de vida…

 

Por ejemplo, los gustos de Miah y Aylin se encuentran dentro de los tonos nocturnos, colores que pasan desde las tonalidades moradas y los azules nórdicos, hasta llegar al amarillo y el dorado.

 

 

Pierah es amante de los tonos holísticos, matices que embarcan los marrones naturales, el rosa rubor y los colores neutrales árticos.

 

 

Bulan prefiere los tonos juveniles, aquellos que abarcan los colores morados como el lila y el púrpura, así como el amarillo, el naranja y el negro.

 

 

Caressa prefiere los tonos globalizados, donde predominan las mostazas terrosas, azules mar, corales y barro.

 

 

Por último, se encuentran las preferencias de Luna, aunque el azul es uno de sus colores predilectos (por ser el color del cielo), ella prefiere los tonos otoñales donde el verde, el rojo, el naranja y el amarillo predominan.

 

 

Finalmente, he aquí el resultado de mi imaginación…

 


 

¿Qué les parece? ¿Es cómo se la habían imaginado?

 

 

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