Música Mística para una Inspiración Natural

Cuando me preguntan qué tipo de música me inspira, y en consecuencia, qué música escucho, siempre se asoma una sonrisa en mi boca; es tan difícil definir un estilo en particular, porque la verdad es: yo escucho de todo.

Quizás el motivo puede ser que siempre me enfoco en las letras más que en el género, quizás puede ser que algunas canciones en particular pueden llegar a ser un invitado más en una reunión familiar. Por ejemplo, hasta hace unos años yo decía vehementemente que odiaba el vallenato, hasta que mis hermanas, las que viven en el exterior, con su ferviente intención de sentirse conectadas con sus raíces latinas, empezaron a venir de visita con melodías que si residieran aquí no escucharían, pudiendo mencionar entre ellas Cuatro Rosas y Esta Vida de Jorge Celedón.

Reunirme con mi familia y ver a unos cuantos agarrando cualquier implemento de cocina para utilizarlo como micrófono para cantar esas canciones, hace que las energías sean contagiosas y hasta termines la velada tomándole cariño a la canción debido al recuerdo que quedará en tu mente por mucho tiempo, y más adelante, será inspiración para describir una escena familiar.

A pesar de ello, tengo serios problemas con el reggaetón, no importa si mis hermanos y cuñados lo cantan en coro como los Niños de Viena, no hay manera de que me agrade una música que vulgariza a la mujer de esa manera tratándola como un objeto sexual, sin embargo, pensándolo bien, si quisiera describir una escena donde las hermanas discutan porque alguna de ellas escucha una música, sólo porque es divertida o “está de moda” sin importar cuán decadente sea, eso también me inspiraría a escribir.

Por otro lado, también puede que la letra no sea el único motivo que defina mi gusto musical. Hace unos años, justo antes de escribir Mística Natural, estaba atravesando por una extraña etapa en mi vida y pasaba malas noches con pesadillas, e investigando como solventar ese problema, descubrí que si colocaba melodías clásicas como música de fondo mientras dormía, transcurría la noche entera descansando plácidamente.

Precisamente, porque de esa manera me sentía cuando empecé a escribir esta novela, es que el primer capítulo titulado: Malos Sueños, Malas Noches, fue inspirado en mi experiencia. Como se sentía Luna en las primeras páginas de ese capítulo era como yo me sentía, y con el pasar del tiempo llegué a la conclusión que la música clásica me tranquilizaba y calmaba mi mente, sin importar el horario ni la labor que estaba realizando, y por eso en el proceso de escritura, cuando tenía problemas de concentración, escuchar ese tipo de música me ayudaba a enfocarme; es así como la banda sonora de los capítulos XV y XVI fue dominada principalmente por Ludwig Van Beethoven, específica y mayoritariamente, la Sinfonía N° 6, la cual fue repetida en mi iTunes una y otra vez mientras escribía.

Paralelamente, compositores como Claude Debussy, Franz Liszt, Frederic Chopin, Wolfgang Amadeus Mozart y Pyotr Ilyich Tchaikovsky, se convirtieron en grandes acompañantes en mi escritura, sobre todo en los capítulos donde Sebástian y Luna recorren el mundo, así mismo, adquirí sonidos de la naturaleza como el de la lluvia, las olas del mar y los cantos de pájaros, los cuales también amenizaron mis oídos mientras redactaba la historia.

Sin embargo, como muchas escritoras sabrán, las letras cantadas pueden inspirar a escribir grandes escenas, y a pesar de que la poesía, como la de José Ángel Buesa y Julio Flórez, me ayudó mucho para imaginarme la historia de amor entre los protagonistas, la música fue indiscutiblemente un importante componente; por lo tanto, Bob Marley, The Cure, Joshua Radin, U2 y Bob Dylan, fueron algunos de los artistas de habla extranjera que dominaron mis listas de reproducciones.

Me parece importante mencionar, que al momento de escoger las canciones que iba a escuchar mientras desarrollaba Mística Natural, me propuse que como factor incondicional para mi escritura, el talento latino tenía que ser parte de mi inspiración, sobre todo, sentía que tenía el deber de agregar en mis listas de reproducción, algún talento venezolano, fue así como Franco de Vita y Zapato 3 (dos estilos completamente diferentes) entraron en el panorama.

Admito que mi principal inspiración musical, incuestionablemente, fue Gustavo Cerati, quien hubiera formado parte de mi playlist sin importar si fuera latino, europeo o africano; admiro y me fascina su capacidad musical y, por ende, cada una de sus canciones. También como parte de los músicos latinos que elegí, estuvieron presentes las canciones de Julieta Venegas, Maná entre otros, porque me parecen notables talentos artísticos latinos que reflejan sentimientos profundos en sus letras.

Es difícil para mí precisar una canción en específico para una escena en concreto, porque fue un conjunto de canciones lo que motivó la inspiración de ciertas situaciones; más bien, fue la combinación de una experiencia personal, imaginación, poesía y canciones, la base de las escenas más intensas de la novela, lo cual no quisiera detallar para no dar spoilers, pero para aquellas que han leído la novela, creo que se pueden imaginar a cuales me refiero, como por ejemplo, las descritas en el capítulo XXV.

En resumen, y para poder mostrar un playlist definido, busqué en mis apuntes algunas de las canciones que sirvieron de inspiración cuando escribí Mística Natural y, en vista de que si las ponía todas, la lista iba a ser muy larga, preferí nombrar, sin ningún orden en específico o importancia en particular, sólo 15 de ellas:

Natural Mystic – Bob Marley (Un tributo a este artista, y a esta canción en específico, tituló la novela)

Crimen – Gustavo Cerati

You belong to me – Bob Dylan

Just like heaven – The Cure

Adiós – Gustavo Cerati

I’d rather be with you – Joshua Radin

Make you feel my love – Bob Dylan

All I want is you – U2

Catching the Butterfly – The Verve

Kiss Me – Sixpence None The Richer

Amazing – Aerosmith

I want you – Bob Dylan